
Ya me acostumbre a dormir poco, 4 horas ayer… ¿habrán ya inventado la cafeína intravenosa?, lo bueno es que no me dan cosa las inyecciones que si la inventaron pues habrá que probarla.
Estoy estrenando ropa interior; cuando uso y cuando sucede que estreno se siente bien, como que todo el día estoy consciente de cómo se siente. Con mi café, desodorante en las axilas, ropa interior nueva, y en el tocador de mp3 Madonna … ¿qué más podía pedir? esperaba el camión que me llevara a la escuela.
Hoy, vendría un académico de la Universidad de Riverside a hablar, él es estudioso del Movimiento Chicano. Aquí nada más no me acaban de descifrar nada más no saben ni que pedo con los latinos, lo más latino antes que yo era mi profe el Catalán, (latino de primer mundo) con quien por fin ayer cruce más de dos frases, cuando me dice que le diga por su nombre, le contestó -Doctor, es que no puedo…(qué tonta) pero así es. Pues me pidieron que recibiera al invitado porque al fin y al cabo yo si sabía de las extrañas costumbres de los sureños.
Esperaba a que saliera del estacionamiento, un hombre delgado, un poco más alto que yo, moreno con una gruesa trenza que le colgaba en la espalda, de inmediato me reconoció, extendió su mano y me dijo: - Mucho gusto Ralph Cabrera para servile. Todo en español, la atracción inmediata, no sé si era la sonrisa, la trenza o la familiaridad con la que me trataba.
Helada… después de soltar su mano, lo primero que le pregunté es como había sido su viaje, (nada de imaginación) contestó en dos palabras y tomó mando de la conversación. Me preguntó por mis intereses, cual era mi campo de estudio y mencionó California como un lugar ideal para trabajar.
Lo guiaba por el campus a la cafetería para comprar café… yo iba a pagar de mi bolsa por que en el Departamento cuando les pedí dinero para pagarle el café al invitado, nada más se hicieron patos (Cheap Bastards!). Me daba una pena horrible pensar en ni siquiera invitarle el café.
Él tomó una botella de agua del refri y una taza de café, las más grande, yo llené mi termito que no es nada chiquito… cuando llegamos a la caja registradora el sacó su billetera, puse mi mano sobre la suya en señal de que yo invitaba, él delicadamente retiró mi mano y me dijo: - ¡Usted es la estudiante, yo el profesor…! y se sonrió de medio lado, me hizo pensar en mi ropa interior.
Daba su platica ante la boca abierta de los güeros… hablaba demasiado rápido, simplemente no pude poner atención después aquel comentario en la cafetería. Hubo una ronda de preguntas, debatían los estudiosos, pero Ralph como ya lo empezaba a llamar en mi cabeza, antes de contestar cada una de las preguntas me dirigía una miradita como para decirme que estaba ahí pensando en mi.
No podía esperar para saber que pasaría después de la charla, yo no tenía clase hasta la 6 y eran apenas las 12… ¿Qué me iría a decir?, ¿Me llevaría a comer? O ¿me llevará directo a su hotel?, Lo bueno es que terminé mi reporte para la clase, no me tenía que preocupar por eso, además estoy estrenando ropa interior, como me decía mi mamá que nunca hay que salir con ropa interior fea por si a uno le pasa algo. Hasta ahora entiendo por que me lo que me decía mi ma…
2 comments:
Que bueno, porque ademas si la ropa intima esta muy vieja o fea, van a decir que es porque tu marido es un codo...
Uy que emocionante, por cierto, eres antropologa? sociologa? estas en UMass (lucky you!)?
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